La calzada romana era el tipo de camino utilizado por Roma para el desplazamiento por su Imperio.
Entre los usos de las calzadas destacaban la movilización de grandes ejércitos con una rapidez nunca vista hasta entonces y también el transporte de mercancías más rápidamente.
Las calzadas también tuvieron gran influencia en la difusión de la nueva cultura y en extender por todo el imperio la romanización.
En la construcción de la calzada se usaban materiales como piedras en bruto, rellenos de arena o grava, piedra triturada y losas de piedra con forma regular para el acabado.
Las ciudades también estaban atravesadas por calzadas que tenía un sistema que permitían cruzar de una acera a otra en días de lluvia, e impedían que los vehículos alcanzaran velocidades peligrosas.